Los polaquitos de Paraná
Ya casi ni son noticia, y eso que todavía son por lo menos un nombre… “Joven delincuente murió baleado ayer de mañana”, tituló El Diario de nuestra ciudad, hoy lunes.
Paraná, que desde la mirada corta de algunos se creía al margen de ciertas delicias del modelo económico que en el país instauró la última dictadura y que ya ningún gobierno después se animó a tocar; se despierta de a poco, somnolienta, ante esta realidad. Todavía no pasa como allá, cruzando el charco, donde los pibes chorros muertos por las balas de la policía, de los vecinos “justicieros”, de otros pibes y otros chorros, por las balas perdidas, o las balas que no son de nadie; son sólo un número. Este fin de semana fueron 5, el anterior 3, el próximo 4.
Se llamaba Yoel, tenía 23 años y vivía en el barrio Hijos de María. Fue uno más de los miles y miles de gurises que en esta ciudad y en esta provincia, para el Estado son poco más (con suerte) que un número en el registro de los DNI. Son los gurises que se arrimaron a las escuelas para que en sus casas pudieran recibir la Asignación Universal por Hijo, que en las aulas a duras penas registraron los infructuosos esfuerzos de sus maestros que durante meses intentaron más que enseñarles geografía, matemática y lengua, al menos compartirles un cachito de eso que tan civilizadamente llamamos “normas de convivencia”.
Por: Ignacio Gonzáley Lowy. Revista Río Bravo (12/07/10)
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